Barcelona se encuentra entre las cinco ciudades más activas de Europa en lo que respecta a emprendimiento. Se estima que actualmente existen unas mil startups en su área de influencia, que dan trabajo a unas 10.000 personas y que captan más de la mitad de la inversión de toda España, según datos de Barcelona & Catalonia Startups Hub. La mayoría de rankings, como el que elabora el prestigioso blog económico EU-Startups, la sitúan solo por detrás de Londres, Berlín, París y Amsterdam, a nivel europeo, y la señalan como la ciudad referente del sur de Europa. Pero, ¿qué factores impulsan a las ciudades en los rankings de emprendimiento y cómo pueden preverse las tendencias de futuro?
A menudo se utilizan todo tipo de baremos económicos para valorar el potencial emprendedor de un país o ciudad. Pero, más allá de las frías estadísticas, las percepciones subjetivas también resultan decisivas a la hora de atraer el talento. El caso de Silicon Valley (California), un icono internacional de la innovación tecnológica, es paradigmático en este sentido:posee una de las imágenes de marca más potentes del planeta y durante décadas ha sido lugar de peregrinación para emprendedores de todo el mundo. Sería imposible encontrar un equivalente en Europa o en cualquier otra parte del mundo, pero en los últimos tiempos sí que han aparecido estudios que analizan qué regiones y ciudades son percibidas con más fuerza como importantes centros de emprendimiento, y cómo atraen la atención de emprendedores no solo locales sino de otros países. Es el caso del Startup Heatmap Europe, un estudio realizado a través de entrevistas a 700 emprendedores repartidos por todo el continente.
Una de las primeras conclusiones del estudio es que el emprendimiento ha superado el límite mental de las fronteras. Un 42 % de los encuestados afirma haber fundado su startup fuera de su ciudad de origen, y un 23 % lo ha hecho en otro país. Estas cifras demuestran que cualquier región o ciudad que pretenda convertirse en un centro de referencia para el emprendimiento debe plantear una mirada global y asumir que sus competidores directos no serán necesariamente los que se encuentren geográficamente más próximos.
El Startup Heatmap Europe analiza el potencial de las principales ciudades europeas a partir de una sencilla pregunta lanzada a estos 700 impulsores de startups: «¿Si volvieses a empezar, en qué ciudad lo harías?». Y los resultados nos muestran cuáles son actualmente las ciudades más atractivas para aquellos que han podido analizar el ecosistema económico no desde las grandes estadísticas sino desde la experiencia del día a día. En este ranking global, Barcelona ocupa la cuarta posición, detrás de Berlín, Londres y Amsterdam, y es el referente indiscutible del sur de Europa por delante de Lisboa –quinta, a una distancia considerable- y de Madrid, que ocupa el lugar 17. Barcelona es una de las ciudades más valoradas sobre todo por los emprendedores del entorno mediterráneo y por los de los países del este de Europa, mientras que los emprendedores del norte de Europa y los del Reino Unido se decantan por Londres y Berlín, e incluso por otras ciudades consideradas emergentes, como Estocolmo o Dublín.
El estudio, además, aporta otras valoraciones cualitativas; detalla qué virtudes y qué debilidades destacan los encuestados a la hora de referirse a cada ciudad. En el caso de Barcelona, los puntos fuertes son varios: la existencia de una fuente importante de talento, la posibilidad de conseguir financiación, el ecosistema económico y, sobre todo, el desarrollo de sectores relacionados con internet. Como aspectos a mejorar, los emprendedores europeos perciben que Barcelona debería potenciar más la alta tecnología, y en el estudio también se recoge otra estadística, el Index of Economic Freedom -en este caso elaborada por The Heritage Foundation-, que analiza las políticas económicas de los diferentes gobiernos europeos. Pese a que España se encuentra en la zona media de este ranking, también es cierto que países como Reino Unido, Holanda y Alemania obtienen un resultado mucho más positivo, al considerar que aplican medidas más favorables al desarrollo de las nuevas startups en aspectos concretos como la eficiencia regulatoria, la promoción del libre mercado, las políticas fiscales y monetarias… Unos datos de los que se deduciría un mérito añadido: que Barcelona es capaz de competir con ciudades como Berlín, Londres o Amsterdam pese a tener un marco normativo bastante más estricto.
Otro estudio útil a la hora de calibrar el valor emprendedor de las ciudades es el que elabora EY-Startup, que compara la cantidad de rondas de financiación de capital riesgo organizadas en las diferentes ciudades europeas. Más que las cantidades captadas, lo que pone en valor el informe es el dinamismo de cada región y las tendencias que se deducen del comportamiento de estos fondos de inversión. Según datos del primer semestre de 2016, Barcelona acogió 21 rondas de financiación y, pese a que todavía queda lejos de París (178), Londres (157) o Berlín (117), es la segunda ciudad de Europa que más crece –superada solo por Amsterdam-, con un aumento del 200 % respecto al 2015. Unas cifras que consolidan a Barcelona en el top 5 de ciudades emprendedoras de Europa y que señalan una clara tendencia al alza si se tienen en cuenta las preferencias y las expectativas tanto de los emprendedores europeos como de los fondos de capital riesgo.